viernes, 12 de junio de 2020

La Maldición del Trono Carmesí - 1.6 - Bienvenidos a la Guardia de Korvosa

LA AUDIENCIA

Tras una noche de reparador sueño y tras haber sanado las heridas, el pintoresco grupo de supervivientes pronto reciben novedades. Cressida Kroft les convoca para darles nuevas instrucciones y también para trasladarles ciertas novedades. Les ha conseguido una audiencia con la Reina Ileosa, que ha mostrado curiosidad por conocerles en persona, quizás con la intención de recompensarles.

Además de recibir esa buena noticia, en el despacho de la Mariscal se encuentran con el mentor de Rhorcin, Harkon Brazofuerte. En un aparte le indica a su pupilo que se encuentra allí debido a que el hijo del noble al que sirve como jefe de guardaespaldas, Amin Jalento, ha desaparecido. Y le pide como un favor personal que este atento cuando patrulle por las calles.

Deciden seguir la recomendación de Cressida, e invierten en adecentar su aspecto antes de la recepción real. Llegada la hora son recibidos a las puertas de palacio por la mismísima Sabina Merrin, la guardaespaldas personal de la reina.

Doncella Gris

Ileosa les recibe en lo alto de la azotea donde aun se encuentran los restos de la pira funeraria de su esposo. Apenada, les dice que su buena acción en mitad de estos sombríos tiempos, al decidir devolver el prendedor en lugar de venderlo al mejor postor, le ha llegado al corazón. Por eso, en estos tiempos tan aciagos, es su deseo ofrecerles un puesto como guardias de la ciudad con todos sus derechos, prebendas y deberes.

En realidad no tienen demasiadas opciones. La presencia de Sabina y de las Doncellas Grises, el nuevo cuerpo pretoriano de la reina, les recuerda que el dominio que la monarca tiene sobre la ciudad se basa antes que nada en la fuerza. Cuando Drogodor intenta colar alguna pregunta demasiado cercana al interrogatorio, solo un gesto de la propia Ileosa impide que Merrin le castigue allí mismo.

Ileosa de luto

Aceptan el puesto, después de todo también les resulta conveniente para sus propios fines. Además, viene acompañado de un cofrecillo lleno de lingotes de oro. El experto ojo de Alberich les permite averiguar que cada uno de los 12 lingotes vale 100 po. Adicionalmente, Humbra se percata de que los lingotes tienen el mismo sello de armas de Cheliax que el que encontraron en poder de Gaedren.

Deciden que su siguiente paso será regresar a los cuarteles, pero se ven obligados a acabar con un otiugh fugitivo que ha huido del alcantarillado causando graves destrozos. La criatura no tiene ni una oportunidad ante sus ataques combinados.

El otiugh desencadenado

Al regresar a los cuarteles informan a Cressida de la buena nueva, ahora trabajan oficialmente para ella. La Mariscal no parece muy contenta de que Ileosa se meta en sus asuntos, pero si se muestra satisfecha de podar contar con ellos y darles soporte oficial. Para guardar las apariencias, les inscribe en el registro como patrulla bajo sus órdenes directas, y nombra a Rhorcyn sargento, poniéndole al mando.

EL PELLEJO DE UN NOBLE

No tardan en regresar a sus pesquisas en el Barrio Viejo. Por fin pueden visitar la tienda de tintas en la que deseaban averiguar si era posible sacar algún dato útil de las notas escritas por Rolt Lamm, el infame hijo de Gaedren. Los peculiares gemelos enanos que atienden el local se quedan con las notas para realizar todo tipo de pruebas con ellas, deberán pasarse por su local de nuevo mas adelante.

Durante sus investigaciones consiguen por fin averiguar el paradero del blanco que Cressida les ha pedido traer vivo a su presencia, a cambio de ayudarles a localizar al Asesino de la Cerradura. Sin embargo, no pueden hacer uso de esa información, ya que por accidente topan con toda una turba a punto de apalear a un joven noble que parece defender con su espadín la puerta de una lavandería.
Amin Jalento

No es otro que el joven Amin Jalento. Al parecer,, se ha enamorado de una lavandera y lleva fugado con ella desde el comienzo de los disturbios. La gente local por fin ha detectado su presencia y puesto que el populacho culpa a la nobleza de los crecientes disturbios, le espera un mal fin a manos de los vecinos del lugar. Intervienen y salvan el pellejo del muchacho, al que deben separar a rastras de su enamorada, al tiempo que evitan el linchamiento. Lo dejan a buen recaudo en su casa, en el barrio de Las Alturas.

TODA LA CARNE DEL MUNDO

Ha llegado el momento de atrapar a Veric y para eso es necesario echar un vistazo al viejo matadero y carnicería que le han servido durante los disturbios como base de operaciones. En lugar de realizar un asalto frontal, Drogodor y Alberich deciden hacerse pasar por mendigos interesados en una ración gratis de carne, ya que la banda de Vankerskin es famosa por repartir entre los mas necesitados.

Un rato de conversación y un conjuro hábilmente lanzado les permiten saber que "el capitán" casi nunca baja de sus habitaciones en el piso superior. De ese modo es como la banda ha mantenido en secreto el pequeño negocio que se traen entre manos, dando palizas a desgraciados a cambio de un buen dinero. Lo mas atroz es que los que acaban muertos, desaparecen en los estómagos de los necesitados, pues esa es la carne que regalan.

En lugar de decidir en ese mismo momento acabar con todos ellos, profundizan en la cuestión, intentando infiltrarse en la banda. Para ello deben cumplir un trabajo, dar una paliza a Halberd Muster, un enano que es nada menos que el campeón de un pozo de lucha clandestino en un antro de los muelles.

La noche cae sobre ellos mientras discuten la cuestión. Rhorcyn parece decantarse por machacar al enano en la jaula y de paso obtener un buen dinero, mientras que Humbra recomienda una infiltración sigilosa en el edificio desde el alcantarillado. El tiempo para decidir se acaba...

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