DULCES SUEÑOS DAHARR
En una ciudad donde todo se compra y se vende, no falta quienes se ganan la vida cazando cabezas, ya sea para la justicia de Korvosa, para las poderosas familias nobles o de comerciantes, para la propia corona o para las diversas facciones delictivas. Ser cazarrecompensas es un oficio rentable en unos terrenos de caza tan surtidos de piezas. Y Daharr es sin duda, uno de los mejores.
Famoso por atrapar a sus presas vivas, Dulces Sueños recibe su nombre por su pericia para dejar fuera de combate y dóciles como gatitos incluso a los criminales más duros, y de esa forma entregarlos a sus pagadores en perfecto estado para que el cliente pueda ajustar cuentas como considere conveniente, algo sobre lo que nunca hace preguntas.
Duro y cínico, como un verdadero depredador, el félido ve el mundo dividido en cazadores y presas. Solo respeta las leyes de los más fuertes, y la pericia en la caza. Trata a los que le siguen como si fueran miembros menores de su manada, en la que sin duda es el alfa.
Dulces sueños se ha enfrentado varias veces a algunos notables de la ciudad, desde la propia Mariscal de la Guardia, compitiendo por dar caza a los mismos criminales, como con el propio Black Jack, con el que se dice que ha cruzado aceros en varias ocasiones, existiendo entre ambos un frío respeto nacido del reconocimiento de que ambos no podrían ser merodeadores más opuestos de los tejados de Korvosa.
Después del violento enfrentamiento entre Daharr y los aventureros fuera de los muros de la ciudad, el cazarrecompensas juró no darles caza jamás a cambio de dejarle marchar. Se ha mantenido fiel a su palabra y no han vuelto a tener noticias de el. Si sus caminos se vuelven a cruzar, será probablemente porque Korag acepte su oferta de reunirse con él para saber más sobre las costumbres ancestrales de su pueblo.
Cazador de hombres consumado, Dulces Sueños es sobretodo un experto arquero, capaz de derribar a un blanco de un solo disparo desde largas distancias. No posee la misma fuerza indómita y los agudos sentidos de Korag, pero es mucho más ágil y experimentado. Siempre va acompañado de su fiel mastín, una bestia enorme a la que llama simplemente "perro". Suele cazar en manada, y se acompaña de secuaces a los que marca con sus propias garras en el rostro. Es un doloroso requisito para entrar en su servicio, pero a cambio todos saben que el que porta la terrible cicatriz esta bajo la protección de uno de los depredadores mas temidos de Korvosa.


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